CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

lunes, 25 de febrero de 2013

LAS COSAS POR SU NOMBRE





Desengaño o ilusión.
Orgullo o humildad.
Independencia o libertad
Amistad o aversión

Siempre me ha gustado llamar las cosas por su nombre.
No decir lo que no siento.
Ni transgredir ni despistar.
Ni dejar preguntas en el aire que puedan llevar a la confusión.

Es cierto que hoy por hoy, muchos “detestan” oir la verdad.
Miran hacia otro lado cuando exiges menos palabras y más  resolución.
Te etiquetan de idiota y demodé  en un mundo al que ni siquiera has pedido viajar. Un lugar hostil y extraño donde a diario compruebas tu absoluta indefensión.

Pero como siempre me gustó llamar las cosas por su nombre…
.Me importa un bledo que  intenten convencerme que  las promesas – que nunca me creí- las arrasó un vendaval o el viento las devastó.
.Que para sobrevivir hay que engañar.
.Que la integridad es una utopía.
.Que cueste lo que cueste harán añicos mi ilusión.

Podrán poner trabas mil trabas en el camino.
Cientos de palos en mis ruedas.
Podrán intentar cambiar el rumbo de mis sueños
Tal vez lo intenten ¿por qué no?...

Pero no cuentan con que la vida te da  cartas y  eliges con cuál jugar.
Que hacerlo mal no es fracasar.
Que aunque es difícil pelear contra el desánimo, ya he  aprobado esa lección.
Que jamás se equivoca el que no hace nada.
Que el “cerebro aprende con dolor”…

Por eso seguiré llamando a las cosas por su nombre.
Diré “Amor” cuando quiera decir amor, y no sexo.
“Mentira” cuando me la hayan jugado.
“Rabia” al sentir impotencia y desazón.

Pero mi mayor reto es levantarme por la mañana, enfrentar el espejo y decir que el día es mío.
Que en mí está poder cambiarlo.
Que es mía es la decisión…











lunes, 18 de febrero de 2013

LA LLUVIA




Alguna vez había escuchado que “la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo”.
A sus sesenta y pico de años largos él no era viejo.
Tal vez mayor.

El primer hormigueo le aguijoneó  el brazo.
Cuando se extendió a la pierna, creció el presentimiento que algo iba mal, y se aterrorizó.

El puñetazo – fuerte, dolido, intenso - que dio en aquel despacho,   retumbó fuera de esas paredes como  balas de un cañón.

Vio la palidez en el rostro del tipo repeinado.
Sintió como  temblaba su voz al repetir como un mantra: “Te tienes que calmar amigo. Dentro de un tiempo  estará todo arreglado…confía, y deja que me ocupe de esto. Paciencia ¡por favor!”.
Las palabras que siguieron no  importaron.
Ni siquiera las escuchó.

Tuvo una tremenda necesidad de escapar de allí.
Desaparecer.
Esfumarse.
Perderse de vista.
Sintió que no podía ocultar su odio – porque era odio-, y el portazo que imaginó daría al marcharse, fue un ademán tan tibio que sintió vergüenza y se tuvo compasión.

El coche “le llevó” – porque no fue él- hasta su casa.
Después…el largo camino al hospital… las preguntas mudas de su mujer e hija que sin cesar martillaban
Los silencios incómodos y asfixiantes.
La pesadumbre…
Y el dolor extraño en el brazo y en la pierna…
Ése dolor…

Llovía en Galicia tanto como nunca.
Una chuvia persistente, fina y pegajosa que más se parecía a hebras de algodón.
Recorrió con la mirada el rumbo de las gotas que azotaban tan furiosas como él mismo aquel  cristal.
Fijó su atención en el camino de la costa zigzagueante.
Las curvas cerradas.
Los hórreos atrincherados en las fincas.  
Aquel rosal acechando agazapado entre  arbustos y hasta sintió -¡qué locura!- su perfume y el dulzor.

Miró el mar. Escuchó su llamada y el rugir de las olas le sobresaltó ¿cuánto hacía que no le veía, si siempre estaba allí esperándole?
Bravo.
Calmo.
Indómito.
Sereno.
Con un tremendo antojo de  lamer sus huellas. Abrazarlo. Escuchar su confesión.

Se sintió flotar  mientras le estudiaban de arriba abajo, como si no fuese él “protagonista”.
Volvió a flotar  al subirle a la habitación.

Por primera vez en ¡tanto tiempo!, observó a su mujer y ¡joder, cuánto la amó!...
En el cristal castigado por la lluvia, imaginó el rostro de sus nietos.
Reprimió un sollozo.
Ahogó la emoción.

Rogó que nadie preguntara  por cifras,  intereses, protestas y demandas, cuanto había perdido en la maldita operación…
Ni siquiera el doctor, que  repetía: “ha sido un aviso, pero de ahora en más…tranquilidad, nada de angustia, cuidado…atención…”

Recordó que necesitaba un “corte”  el césped de su casa.
Y debía darse prisa en rasurar aquel malvón.
Y no olvidar quitar el polvo a las viejas herramientas  de las que tiempo atrás había “abusado”, y ahora  dormitaban perezosas en  un cajón.

Deseó tener boli y folio para apuntar todo y repasarlo luego. Apenas percibió que  no llovía cuando pensó:

Iría hacia ése mar que  le esperaba como  amante.
Se quitaría los zapatos.´
Sentiría la arena colarse entre sus dedos.
No volvería jamás a silenciar deseos.
Pondría letras y palabras a su juego de amor.

Se emborracharía de vida sin complejos y cuando llegara el momento de partir, lo haría embriagado de ilusiones y sueños diseñados a su antojo

Y cuando estuviera agotado de andar por esa orilla, se haría un ovillo en algún sitio.
Esperaría impaciente  que el sol volviera a despedirse  prometiendo volver como  hizo siempre.
Como ayer o mañana.
Como hoy…









domingo, 10 de febrero de 2013

NO EXISTE EL "NO"




Cuando uno se enfrenta al dolor, a la angustia o la  decepción, lo hace con lo que tiene.
Como puede.
Como sabe.
Tengo una forma de entender la vida sin perder el norte,  pero sin desdeñar  la locura ni rechazar la emoción.
El convencimiento.
La firmeza en los propósitos.
Sin dejarme paralizar por las adversidades.
Sin permitir que el miedo ajeno traspase mi piel y me contagie. Donde hay un problema –que existe y está allí- busco y rebusco hasta encontrarle  solución.
……………………………………………………………………..
Si pretenden que:
.Ahogue ilusiones y proyectos, antes de dar el primer paso,  se topan con el primer  error.
.Que gire la cabeza ante la injusticia,  esconda mi mano en vez de tenderla, no alimente mis sueños a diario y me crea menos ante el que tiene más, caen en otra equivocación.
Nunca pensé ni pienso dejar de luchar
Ni dejar de creer.
Ni de echar leños, al fuego de  la esperanza.
Ni cruzar los brazos.
Ni pronunciar: “Ya no puedo con esto. Abandono. Me voy
……………………………………………………………………
.Prefiero probar.
Aprender y crecer  a medida que pruebo.
Construir chozas en lugar de castillos.
Ignorar antes que odiar.
Cerrar con fuerza – y que se escuche el ruido- persianas y puertas  cuando me han herido, para que nadie traspase el umbral de mi desilusión.
…………………………………………………………………….
Que mi cariño no se compra ni se vende, está claro desde el vamos.
También que soy piedra por fuera y por dentro algodón.
Que fracasar es haberlo intentado.
Que vivo con la maleta lista para subir al primero y  último tren de mi vida, aún a riesgo de  bajar en la siguiente estación.

Si alguien supone que  me cruzaré de brazos.
Bajaré la mirada.
Me haré un ovillo.
Me quedaré con un "no" que ignoraré por completo.
Dejaré de poner parches a mis cicatrices.
Olvidaré de donde vengo y hacia donde voy.
Si alguien imagina eso…
Conmigo lo llevan claro.
Jamás van a lograrlo.
Ni antes ni ahora, nadie lo consiguió…

sábado, 2 de febrero de 2013

CUANDO ME QUEDE SIN SUEÑOS...





Estoy convencida que no sucederá...pero cuando me quede sin sueños me fijaré en un niño y me sentaré a su lado.
Le miraré moverse.
Le escucharé hablar.
Me dejaré llevar por el sonido de su voz.

Cuando sienta que mis fuerzas flaquean, que he pasado tanto y ya no pueda más, en ése mismo instante me haré un ovillo a su lado, me convertiré en compañera de juegos, cómplice de hazañas increíbles, dueña y señora de mi destino sin dar un paso atrás y sin pudor.

Entonces, el aquí y ahora tendrá más valor que nunca.
La magia tomará el relevo del temor.
Y aunque el futuro tenga alas y nadie se atreva a predecir “cómo, cuándo y dónde”,  intuiré la respuesta con anticipación.

No me importará construir castillos de arena que sin permiso arrastre el mar.
Volveré a levantarnos una y otra vez sin pensar que alguien vendrá a copiarlo ni calcarlo,  porque “ése” tendrá una impronta, un sello y una firma que lleva escondida mi ternura, mis deseos y mi voz.

Me rebelaré cuando lo considere justo y necesario sin tener en cuenta que el otro está en mejor posición.
No habrá fronteras infranqueables, ni charcas imposibles de saltar.
Sea como sea llegaré a la otra orilla pidiendo ayuda a voces, arreglándomelas sola o buscando una rama donde asirme pues hay muchas tendidas a lo largo y a lo ancho  dispuestas a sostenerme sin pedir a cambio ningún tipo de favor.

Si no tengo esperanzas ¡estará en mí moldearlas!
Seré arquitecto, astronauta, marino o guerrero sin que nadie ponga coto a mi ilusión.
Escucharé sin que lo adviertan conversaciones de  adultos sabiendo que  pasarán por alto que allí estoy.
Tejeré e hilvanaré historias. 
Buscaré culpables, mentirosos e inocentes hasta sacar mi propia conclusión.

Abusaré de la naturalidad y el desparpajo.
Me sonaré la nariz con la punta del vestido recién comprado. 
Restañaré con aerosol dorado, heridas del corazón.

Removeré papeles de escritorios impecables.
Pintaré con sonrisas  rostros de enfado y mal humor.
Me negaré a aceptar un “no” rotundo por respuesta, sin que antes me expliquen  “porqué no”.

Cuando me quede sin sueños, buscaré un niño y me sentaré a su lado suplicando contagiarme de locura.
O tal vez lo busque en mi interior.
Seguro que estará esperando que lo encuentre.
Jamás se ha movido de su sitio.
Nunca me abandonó….