CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

sábado, 2 de febrero de 2013

CUANDO ME QUEDE SIN SUEÑOS...





Estoy convencida que no sucederá...pero cuando me quede sin sueños me fijaré en un niño y me sentaré a su lado.
Le miraré moverse.
Le escucharé hablar.
Me dejaré llevar por el sonido de su voz.

Cuando sienta que mis fuerzas flaquean, que he pasado tanto y ya no pueda más, en ése mismo instante me haré un ovillo a su lado, me convertiré en compañera de juegos, cómplice de hazañas increíbles, dueña y señora de mi destino sin dar un paso atrás y sin pudor.

Entonces, el aquí y ahora tendrá más valor que nunca.
La magia tomará el relevo del temor.
Y aunque el futuro tenga alas y nadie se atreva a predecir “cómo, cuándo y dónde”,  intuiré la respuesta con anticipación.

No me importará construir castillos de arena que sin permiso arrastre el mar.
Volveré a levantarnos una y otra vez sin pensar que alguien vendrá a copiarlo ni calcarlo,  porque “ése” tendrá una impronta, un sello y una firma que lleva escondida mi ternura, mis deseos y mi voz.

Me rebelaré cuando lo considere justo y necesario sin tener en cuenta que el otro está en mejor posición.
No habrá fronteras infranqueables, ni charcas imposibles de saltar.
Sea como sea llegaré a la otra orilla pidiendo ayuda a voces, arreglándomelas sola o buscando una rama donde asirme pues hay muchas tendidas a lo largo y a lo ancho  dispuestas a sostenerme sin pedir a cambio ningún tipo de favor.

Si no tengo esperanzas ¡estará en mí moldearlas!
Seré arquitecto, astronauta, marino o guerrero sin que nadie ponga coto a mi ilusión.
Escucharé sin que lo adviertan conversaciones de  adultos sabiendo que  pasarán por alto que allí estoy.
Tejeré e hilvanaré historias. 
Buscaré culpables, mentirosos e inocentes hasta sacar mi propia conclusión.

Abusaré de la naturalidad y el desparpajo.
Me sonaré la nariz con la punta del vestido recién comprado. 
Restañaré con aerosol dorado, heridas del corazón.

Removeré papeles de escritorios impecables.
Pintaré con sonrisas  rostros de enfado y mal humor.
Me negaré a aceptar un “no” rotundo por respuesta, sin que antes me expliquen  “porqué no”.

Cuando me quede sin sueños, buscaré un niño y me sentaré a su lado suplicando contagiarme de locura.
O tal vez lo busque en mi interior.
Seguro que estará esperando que lo encuentre.
Jamás se ha movido de su sitio.
Nunca me abandonó….




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