CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

martes, 13 de agosto de 2013

HOY NO TENGO GANAS...




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Hoy no tengo ganas de hablar ni que me escuchen.
No se me antoja  entrelazar aparejos de ilusiones.
Hoy no tengo ganas de sentirme tironeado, vapuleado, traicionado. 
Será  por eso que te pido ni te acerques ni me toques.
Hoy no quiero hacer quinielas de futuro. Ni planes de mañanas ni de soles.
La lluvia cae despacito y me desangro.
La incertidumbre y el pánico  son roles. 
Lloro lo que tengo que llorar. Me enfurezco y pregunto dónde voy sin hallar respuesta a pretensiones.
Pero miro el pasado: en vano no he vivido,  me he esforzado por defender a "puñetazos" proyectos transgresores.
Ideas alocadas. Trocitos de quimeras. Historias inconclusas. Realidades y hechos. Sinsabores.
Amé, amo y me han amado.
Conocí la risa falsa y la traición, también el doble rostro camuflado sin penas ni rubores.
No me arrepiento de haber dado sin pedir.
De agradecer el abrazo envolvente espontáneo e impetuoso.
Del guiño y las penas compartidas.
De reír a carcajadas cuando menos se lo esperan.
De mantener intactas convicciones.
¿Qué hoy no tengo ganas?...
¡Pues no es cierto!
Ante la adversidad me crezco ¡y mucho!
Escondo mi pañuelo en el bolsillo. Remango mi camisa. Miro al frente. Escudriño y oteo el horizonte.
A pesar de la experiencia y los dolores vuelvo a tropezar con otra  piedra.
Trastabillo y me caigo y me incorporo.
Ahuyento el rencor a navajazos.
Me sumerjo en la espuma del “no odio”.
Si llegué aquí seguro que es por algo.
Y mientras “ese algo” llega, me encontrará despierto, atento, sigiloso.
La vida me sorprende y sobresalta.
Pero debo cogerla con cuidado moldeándola a mi antojo.
Quizás por eso y ahora más que nunca ni lucho contra ella ni me opongo.
Sencillamente VIVO, que ya es decir mucho, y en esa apuesta sí voy a por todas y a por todo.

lunes, 5 de agosto de 2013

LAS COSAS POR SU NOMBRE



Es cierto que hoy por hoy, muchos “detestan” oir la verdad.
Miran hacia otro lado cuando exiges menos palabras y más  resolución.
Te etiquetan de idiota y demodé  en un mundo al que ni siquiera has pedido viajar. Un lugar hostil y extraño donde a diario compruebas tu absoluta indefensión.

Pero como siempre me gustó llamar las cosas por su nombre…
.Me importa un bledo que  intenten convencerme que  las promesas – que nunca me creí- las arrasó un vendaval o el viento las devastó.
.Que para sobrevivir hay que engañar.
.Que la integridad es una utopía.
.Que cueste lo que cueste harán añicos mi ilusión.

Podrán poner trabas mil trabas en el camino.
Cientos de palos en mis ruedas.
Podrán intentar cambiar el rumbo de mis sueños
Tal vez lo intenten ¿por qué no?...

Pero no cuentan con que la vida te da  cartas y  eliges con cuál jugar.
Que hacerlo mal no es fracasar.
Que aunque es difícil pelear contra el desánimo, ya he  aprobado esa lección.
Que jamás se equivoca el que no hace nada.
Que el “cerebro aprende con dolor”…

Por eso seguiré llamando a las cosas por su nombre.
Diré “Amor” cuando quiera decir amor, y no sexo.
“Mentira” cuando me la hayan jugado.
“Rabia” al sentir impotencia y desazón.

Pero mi mayor reto es levantarme por la mañana, enfrentar el espejo y decir que el día es mío.
Que en mí está poder cambiarlo.
Que es mía es la decisión…