CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

domingo, 9 de febrero de 2014

EL JUEGO DEL CORDEL


Tres timbrazos. Sólo tres son necesarios para que mi amigo sepa quién soy. Largos, espaciados, como si uno le diera tiempo al otro de llegar y así, juntitos como están acostumbrados, a acompañarme a subir despacio los peldaños que llegan hasta la tercera planta – nunca funciona el ascensor- de ese apartamento siempre tibio, siempre dispuesto a recibirme. Infinitamente acogedor.

Tiene la chimenea encendida. Y una pila de libros desparramados sobre el sillón. La pipa descansa sobre la mesa de pino y cuando me asomo a la sala veo solo su espalda, un trocito de sus pies apoyados sobre una banqueta y su coleta gris y larga, asomando “la nariz” por el viejo jersey que a pesar de sus años siempre parece recién estrenado. Pulcro e impecable. Inmaculado a pesar de haber perdido el color.

Huele a madera quemada. Y a café recién hecho. A sándalo e incienso y a medida que me voy acercando a su “figura” el aroma se hace más intenso. Ya cara a cara, observo sus manos. “¿Qué haces le pregunto”?.

Carraspea antes de contestar: “pensando y entreteniéndome con el “Juego del cordel” que es una especie…” No le dejo terminar ¡si lo conoceré, si habré jugado y me habré hecho un lío tratando de formar figuras con un hilo anudado en las dos manos, con la ayuda de los dedos “fabricar”, atajos, cerrojos, puertas y ventanas, salidas y escondrijos. Pirámides y cilindros tan complicados que siempre necesité auxilio para salir de esa especie de laberinto complicado hasta para un matemático, científico,  psicólogo (como él), hombre de ciencia o doctor.

“Yo le he bautizado como el Juego de la Vida y no del Cordel, como se le conoce” me explica. “Partes de una “jugada” sencilla como es mantenerlo tirante y sin problemas, y a medida que vas avanzando, según tu habilidad todo va a mejor o a peor”.

“Crees que estás solo en éste intríngulis, y cuando menos te lo esperas, sale “éste contrincante” – dice señalando el meñique- que es un mequetrefe pero te corta el paso y como pretende pasar desapercibido para hacer de las suyas sin cargar con la culpa, es más difícil neutralizarlo o dejarle el paso libre al constatar que es superior”.

“Entonces te detienes y preguntas: ¿Y ahora hacia dónde voy? Está todo tan calmo y  estático que ¡nadie se fija en mí, ni tampoco saben quién soy! Claro ¡no existes hasta que no vuelves a ponerte en movimiento!. Tocas aquí y allá sin resultados oyendo como respuesta silenciosa uno tras otro el “¡NO!. Hasta que caes en la cuenta que todo vuelve a cobrar sentido si sacas a relucir el dedo anular, lo entrecruzas con el índice. Tiras puntas por aquí y allá. Despejas el sendero…y siempre, siempre, los hilos se destensan, la maraña se deshace, “la carretera” vuelve a retomar su curso”

“El alma vuelve al cuerpo”.
“La cabeza a su sitio”
“El corazón deja de galopar como  un potro enloquecido y resuena como lo que siempre fue: un corazón”
“Aunque pienses erróneamente, que pasamos sin ser oídos, observados o tenidos en cuenta… el que busca, siempre encuentra…”

“Busca la salida y la hallarás. No desesperes por llegar ni desvíes tu mirada de la meta y recuerda que mientras estemos “aquí”, nos veremos obligados a “practicar”  el Juego del Cordel…o el Juego de la Vida, que es como me gusta llamarle a mí. Como le llamo yo…



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