Ni miento ni exagero. Aún en los peores momentos cuando
veo que todo se derrumba, la esperanza se hace añicos, mis proyectos se tuercen
o no salen como los imaginé, cuando estoy casi
tocando fondo a punto de cerrar la mochila donde acomodé mis sueños, lo
puedan creer o no, escucho una vocecita interior que repite: “Sigue luchando y no abandones. El resto de
la aventura depende de ti”
La palabra “vida” encierra mil conceptos diferentes.
Éxitos y fracasos. Locura. Ambición. Traiciones y lealtades. Crueldad. Espanto.
Desazón. Y en ese camino que nos vemos obligados a transitar hay obstáculos y
piedras. Precipicios y senderos. Cornisas, fatiga, sinsabor.
Mientras caminamos
por ella probablemente se nos agotarán las fuerzas y cuando hagamos un alto para recuperarlas, se aprovecharán de
nosotros con tal de quitarnos algo y no siempre pondremos la otra mejilla indulgentes
para recibir el próximo bofetón.
La vida es una caja de sorpresas repleta de confetis de colores, de lluvias y tormentas
que nos obligan a replegarnos antes de tomar la iniciativa y pensar en avanzar.
Ráfagas estridentes que nos hacen bajar la mirada, nubarrones y en alguna que
otra ocasión apenas un rayito de sol.
Y para tantísimo que nos falta por conocer, palpar, aprender,
escuchar, elevar la voz, aceptar y disentir, esa vida es tan corta, se va tan de prisa que
cuando llega al final nos arrepentimos de no haberla disfrutado de cabo a rabo,
de derecha izquierda, de frente y al revés paladeando – pero ¡de verdad!- todo
lo que nos ofreció.
No soy quien para aconsejarte, pero me niego
rotundamente al menos a no dejar una reflexión:
.No te quedes pasmado viendo pasar la vida delante de tus ojos,
contemplándola como un simple espectador. ¡Salta de tu butaca al escenario!
improvisa los guiones, métete en el papel a fondo, deja la vergüenza de lado
y transformate en actor.
.Cuando ames, hazlo con tal intensidad que te crujan
los huesos. Cuando beses no abandones la pasión. Enfádate y rebélate- puedes y
debes hacerlo- pero no olvides que el que te ha traicionado, lastimado y
vapuleado ni siquiera merece que le recuerdes y le guardes rencor.
.Date permiso para confundirte y equivocarte tantas
veces como sea necesario, sabiendo de
antemano que siempre habrá alguien que
te volverá a enseñar aquel sendero o ese atajo donde finalmente llegarás, aunque
no sea el que habías trazado en un principio y quizás descubras que es
infinitamente mejor.
.No pretendas “para ayer”, piensa en “mañana”, pero sobre
todo en el “hoy”. Construye tu personal castillo de naipes, y si se cae o se
desvanece en el aire, que no te paralice ni te frene para comenzar otro y otro
y otro hasta que logres equilibrarlo, levantarlo y apuntalarlo a golpes de mano
y puño, de paciencia, esfuerzo y muchísimo tesón
¡No tengas miedo de vivir amigo!. Repite y memoriza
que es lo que pretendes sembrar y recoger e inicia el viaje aunque por delante veas un inmenso vacío
dispuesto a engullirte quedándose con esa parte tuya que consideras
prioritaria…la mejor…
Salta piedras y cruza riachos. Sortea corrientes.
Aminora el paso cuando el corazón te indique que lo hagas y jamás desconfíes de
tu intuición. Sigue luchando contra tus miedos e incertidumbres y no abandones el
camino, aunque intenten convencerte que nada es real y dentro del esquema que
te han creado se vive mejor. Escucha
esa vocecita que tal vez te recuerde que “siempre es buen momento para empezar
y el resto de la aventura solo depende de ti”, porque si algo está claro, tú
solo el dueño y señor.
Hasta la próxima