CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

viernes, 5 de octubre de 2012

PENSANDO EN + (POSITIVO)



Cuando era pequeña y me golpeaba, me caía o hacía daño recurría a mi abuela María- muy sabia e inteligente-  que después de pasar la mano por la herida siempre  aconsejaba con una sonrisa: “Tú eres más lista que él. Duélele  al dolor”.

Una recomendación que intento no olvidar, sobre todo en estos tiempos que corren donde ése dolor parece haberse arraigado con fuerzas sin ganas de soltarnos, y en el que hay que tener demasiado temple, una increíble fuerza de voluntad y convencimiento para no bajar los brazos, seguir luchando, salir adelante.

Vivimos en un mundo donde lo negativo, aventaja a la esperanza y sin darnos cuenta atraemos la negrura, la desazón, el desconcierto. La falta de motivación.

Mi hijo menor me regaló hace un tiempo un libro que acabo de releer (El Secreto, de Rhonda Byrne), donde la autora repite que tengas la religión que tengas, creas en quien creas, sigas a quien sigas, tanto el hinduismo como el budismo, el judaísmo o el cristianismo los grandes Maestros nos” enseñan que la ley de atracción es la más poderosa del universo; ha existido desde los albores del tiempo y siempre existirá”

¿No te has dado cuenta que cuando estamos metidos de lleno en un problema atraemos a personas que están igual (o peor) que nosotros como un imán?,  Byrne lo resume en pocas palabras: “Lo semejante atrae a lo semejante”

Siempre he tenido en claro que por más que haya que enfrentarse a decenas, cientos de adversidades, no hay que regodearse en ellas, abandonarse, sentirse desdichado, sino visualizar con toda nuestra energía un futuro mejor convenciéndote que: “Si lo ves en la mente, lo tendrás en la mano”

Hace unos días te repetía que tú eres el dueño de tu vida  y así es…¿entonces? ¡adelante! Moldéala como si fuese un trozo de arcilla, lima aristas, dale forma, intenta que poco a poco se convierta en la pieza que has soñado y no te amilanes si al principio se rompe, resquebraja, tengas que volver a dibujarla hasta que esté completamente lista según la imaginaste.

Piensa en lo que quieres, y no en lo que no quieres”. Escucha lo que dice tu voz interior porque tus pensamientos “son las semillas y la cosecha dependerá de cuantas hayas echado sobre la tierra”.

No te des por vencido si una tormenta arrasa con todo y has perdido el fruto de tu trabajo. Rebélate contra el impulso de echarte a sollozar eternamente, compadecerte de ti mismo, pegar un portazo, olvidar tu meta.

Llora hasta que no tengas más lágrimas. Grita hasta que te quedes sin voz. Maldice todo lo que tengas que maldecir. Desahógate. Rebélate. Enfádate. Pero una vez que hayas llegado al fondo, una vez que sientas que ya no tienes más fuerzas para lamentarte, CRECE, RECAPACITA, ENDERÉZATE, RECOBRA EL ESPÍRITU y hazme caso convéncete que:“Tú eres más fuerte que él y duélele al dolor”

Hasta la próxima







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