Nadie nos ha
preparado para las contiendas.
Ni para las
grandes confrontaciones.
Tampoco para
las pequeñas batallas con las que a diario nos debemos enfrentar.
Es verdad…Estamos
hartos y cansados.
Amargados y
con miedo.
¿Miedo a
qué?
Nadie lo
sabe.
Pero miedo
hay…
¡Si al
menos nos hubiesen explicado que los combates se ganan con constancia y
voluntad!
Que el miedo
no ofrece nada a cambio.
Que arrebata
el atrevimiento.
Quiebra la
esperanza.
Oscurece la
verdad.
A punto de
tirar la toalla y decir ¡Basta!, rebuscamos ilusiones allí donde no las hay, desconociendo
que “si alguien no puede cambiar el
mundo, debería primero intentar cambiarse a sí mismo para luego volver a
intentarlo”.
Intentarlo
una y otra vez.
¡Y si es
preciso, otra vez más!
……………………………………………………………………
Aunque te
llamen loco.
Desbordado.
Ingenuo.
Iluso.
No prestes
atención a lo que digan.
Encuentra tu
tiempo y referencia.
Tu lugar en
el mundo
Tu camino y realidad
Nada es
sencillo.
No desmayes.
Tal vez es un buen momento para recordar parte del
poema de un hombre sabio, que no solía errar:
“No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar la cima. Comenzar de nuevo.
Aceptar tus sombras.
Enterrar tus miedos.
Liberar el lastre
Retomar el vuelo.
“No te rindas, que la vida es eso.
Continuar el viaje
Perseguir tus sueños
Destrabar el tiempo
Correr los escombros
Destapar el cielo”
“No te rindas. ¡Por favor, no cedas!
Aunque el frío queme
Aunque el sol se esconda
Y se calle el tiempo
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños…”
(Fragmento
de “No te rindas”. Mario Benedetti. Poeta uruguayo. 1920/2009)
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