CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

lunes, 19 de noviembre de 2012

SIEMPRE ESTAMOS A TIEMPO



“Hasta ahora  todo había sido fácil, sencillo. Circunstancial. Reían mis gracias, mi móvil no dejaba de sonar. Los fines de semana eran tantos los planes que tenía que me veía obligado a decir "he quedado, lo dejamos para la próxima". De golpe, miro a mi alrededor y no hay nadie. Me sobran los dedos de una mano para contar a los verdaderos amigos,  los demás han desaparecido como por  arte de magia al comprobar mi situación”
“He perdido el trabajo y “ya no invito”.  Si no estoy obligado a salir, no salgo.  Me arreglo con lo que tengo. No hay ropa de marca con que presumir. Viajo en metro, cuando viajo por obligación. Esta sociedad que mis padres me mostraron y en la que me enseñaron a moverme no tiene nada que ver ni se parece, ni se asemeja a la que estoy palpando y sufriendo en carne propia hoy.
“Siento que ya no estoy a tiempo para aprender…Fui uno de los miles que dijo: a mí no me va a pasar, y me pasó”…
………………………………………………………………………………
Escuché esta conversación entre dos hombres que habían cruzado el umbral de los treinta años, el pasado sábado en la puerta de un centro comercial de Sol ¿casualidad?. No. Las casualidades no existen. Existen las causalidades.

Me di la vuelta y les miré. Llevaban la desazón pintada en el rostro y estaban tan metidos en su dolor que ni siquiera me prestaron atención ni advirtieron mi  curiosidad. Nunca sabrán que refrené el impulso de inmiscuirme y  convencerles  que si se hicieron las cosas mal, siempre hay tiempo para tomar conciencia, planificar, reciclar y construir  evitando que  vayan a peor.

La vida no es como la intuimos desde el primer instante que llegamos al mundo, cuando nos arropan brazos extraños pasando casi de inmediato a aquellos que reconocemos por el olor, el susurro y por la voz.

La vida es nuestra cómplice cuando le viene en ganas. Enemiga acérrima cuando nos da a conocer su poder de destrucción.
Da. Quita. Retiene. Entrega. Se queda todo para sí y no te da nada, o te lo da todo y en un suspiro te lo arrebata  sin pizca de conmiseración.
La vida es sabia e injusta, por eso es inútil  pedirle que sea piadosa contigo o exigir una explicación.

No creas jamás lo que  pone frente a tus ojos,  suele engañar y una vez que aceptas su juego no hay opción.  Enfréntala como si fuese tu peor contrincante cuando tengas que mirarla cara a cara, y úsala de  aliada incondicional en el momento de reforzar tu posición.

No la subestimes. Valórala. Disfruta hasta el infinito de lo que te está ofreciendo ahora, pero desconfía de un mañana incierto,  aún cuando te lo muestre brillante y prometedor.

Ella te lo está pidiendo a gritos. ¿Entonces? Complácela. ¡Vive!. Pero jamás lo hagas en vano y sin haber aprendido la lección: se sube con un tremendo esfuerzo y cuando estás arriba ni siquiera imaginas que puedes precipitarte al vacío  aunque hayas sufrido un inocente resbalón.

Deja salir la rabia y la angustia. Apuesta por tu fuerza y empeño. La vida no es plana. Está llena de magia. Todo está por descubrir. Nada está escrito ni todo está dicho. ¿Y si puedes cambiar el curso del destino? ¿Te lo has preguntado?  Sigue adelante sin miedo. Escucha lo que  susurra tu intuición. Siempre hay un tiempo para llorar y amar. Resurgir del fracaso. Volver a confiar en que  ¡¡¡¡sí eres capaz!!!!

Crece  y avanza poco a poco... aún cuando la vida  se empeñe en decirte que  ese no es el  sendero y has equivocado la dirección…

Hasta la próxima.



No hay comentarios:

Publicar un comentario