Hoy más que nunca me duele la rabia que veo pintada en el
rostro de los demás. El desconsuelo. La desazón.
Me duelen las manos nerviosas que rebuscan algo en el fondo del bolso sin saber que les están observando ni prestando atención.
Me lastiman más que nunca los ojos clavados en el suelo del vagón
del metro, como si allí estuviera la solución al infortunio.
La conversación consigo
mismo de algunos pasajeros.
La mirada vaga y triste de aquella mujer a la que ni siquiera
su hijo pequeño logra arrancarle una
sonrisa.
Si pudiera explicar
uno a uno que no están solos lo haría…Si pudiera tenderles una mano para
que se sintieran confortados la extendería.
Y me enfurezco contra los ladrones
de la esperanza.
Me indigno frente a los rateros
de ilusión.
Pisoteo el
fango de mentiras.
Repudio con todas mis fuerzas el dolor gratuito metido a puñetazos y sin pedir permiso en el cuerpo.
Entiendo que poca fortaleza se puede infundir al que no
acepta más engaños, no quiere saber de soluciones a largo plazo y exige que se
respete con mayúsculas su HOY Y AHORA.
Es por ese AHORA que no podemos permitirnos debilidades, ni
agachar la cabeza, ni dar paso a la conformidad y sumisión.
Estoy segura que los golpes sirven para aprender, cubrirse y
esquivarlos cuando pretendan volver a darlos con más fuerza.
Todos, hemos logrado superar SIEMPRE situaciones
tremendamente difíciles y esta no va a ser una excepción.
No abramos la puerta al miedo porque si logra entrar…jamás
volverá a abandonarnos…
Lloremos lo que haya que llorar. Lleguemos hasta el fondo de
la desesperación. Y cuando ya no queden
lágrimas por derramar, ni discursos para rebatir ni impulso para continuar ¡pongámonos
en pie recomponiendo el puzle de
nuestra vida!...pero ¡hagámoslo, por favor!...
Si en este empeño en algún momento flaqueáis, estoy
convencida que estos versos os ayudarán a fortaleceros:
“Todo pasa y todo queda,
Pero lo nuestro es pasar
Pasar haciendo caminos,
Caminos sobre la mar”
(…)
“Al andar se hace camino
Y al volver la vista atrás
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar”
(…)
“Cuando el jilguero no puede cantar
Cuando el poeta es un peregrino,
Cuando de nada nos sirve rezar,
Caminante no hay camino,
Se hace camino al andar…
¡Golpe a golpe, verso a verso!
¡Golpe a golpe, verso a verso!
¡Golpe a golpe, verso a verso….!”
(“Caminante no hay camino”. Antonio Machado)
No hay comentarios:
Publicar un comentario