CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

lunes, 10 de junio de 2013

JAMAS ACEPTES UN ¡NO!...



Cuando tenía cuatro años ya leía de corrido todo lo que me ponían por delante. No es que fuera un genio, solo que un entrañable primo hermano ocho años mayor que yo, jugaba a ser profesor y me tenía como única y aplicada alumna que seguía sus instrucciones al pie de la letra juntando como me indicaba sílabas, palabras hasta formar una oración.

A los siete, tenía clara mi vocación y a todo el que me preguntaba le decía que quería ser periodista.

A los diez, una tarde de verano, caminando junto a una tía materna – que prefiero olvidar- le confesé a media voz: “de mayor quiero ser alguien, hacer algo, entrevistar a gente que tenga algo que decir y aprender de ellos…”.

También recuerdo que lanzó una carcajada y me miró como diciendo: “Madre del amor hermoso, ¿tú? ¡Nooo!…” y fue en ese mismo instante que  me prometí en silencio que iba a cambiar, fuera como fuese ese “¡Nooo!...”

Ha pasado mucho tiempo desde entonces y si echo la vista atrás no me arrepiento de haber abrazado el periodismo con pasión. He viajado por el mundo. He entrevistado a personajes variopintos: mandatarios, artistas, mafiosos con  “corte a cuestas” que besaban el suelo que otros pisaban, estrellas que relumbraban con luz propia. Políticos corruptos y honestos. Pintores bohemios. Chorizos de alto vuelo y ladrones de poca monta. Poetas, arquitectos sin títulos que levantaron obras maravillosas…

La lista sería interminable…pero de todos ellos me llevé algo, todos me regalaron sin saberlo alguna lección. Y estoy segura – más que segura- que aquel “¡Nooo!!!” dicho una tarde de verano por esa mujer envenenada en su propia frustración,   mucho tuvo que ver para cambiar el concepto y la visión que hasta entonces tenía del ser humano.

Por eso, te aconsejo que jamás  cuestiones si puedes hacer algo. Sencillamente ¡hazlo!, el poder de acertar o equivocarte es solo tuyo y a nadie tienes que rendir cuentas de porqué fallaste o te tembló la mano al tensar el arco. A nadie tienes que darle una sola explicación.
Nunca te preguntes si estás “preparado”, convéncete que sí lo estás y da el primer paso, el siguiente, el otro, el otro puedes modificarlo y al ver que llegas a donde te propusiste te hará sentir vencedor.

El miedo no es buen compañero de viaje, con un apretón de manos ¡despídelo!.
Entiende que solo tú, eres ingeniero del camino que vas a construir. Acepta los  consejos que te susurran, pero antes de hundir la pala en la tierra y colocar los rieles en el camino ¡sopésalos!

No te creas ni más ni menos que los demás, pero ten absoluta confianza en lo que eres capaz de hacer y si hay que empezar desde cero mil veces ni lo dudes ¡empiézalo!...

Todos los ¡¡¡Nooo!!!, encierran un motivo y si alguien te lo lanza al aire, pide una explicación.

Rompe barreras, moldes, esquemas. Atrévete aún cuando tengas terror a los resultados y  te asombrarás de los resultados.
Recuerda: “Nunca digas nunca…” pero jamás te dejes intimidar por un “¡Nooo!...”

Hasta la próxima.




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