CARPE DIEM (Horacio 65aC-8aC) “Toma este día como si no fuera a existir el siguiente”

miércoles, 25 de septiembre de 2013

SEÑALES


Y un buen día, sin saber el motivo ni el porqué lo comprendiste todo.
Apenas le habías prestado atención a tu vida que poco a poco fue tomando derroteros desconocidos y manejándote a su antojo.

Te dejaste llevar sin rechistar.
Te hiciste un huequecito sin siquiera pretenderlo.
Dejaste todo para después, olvidando que el ahora y el hoy era vital.
Te venció el cansancio de pelear.
Perdiste fuerza y convicción de aquella que no se ve, pero se agazapa en las entrañas. Invisible en el interior
Suavizaste el mañana sin siquiera  pincelar el hoy.

Y cuando de golpe todo lo insignificante que tenías se escurrió de tus dedos danzando burlón en tus muñecas, la realidad te envolvió.

Tuviste miedo y una inmensa sensación de vacío.
Te observaste en el espejo del pasado sin encontrar ni un rasgo de quien fuiste
Te aterró tu propia imagen y “algo” dentro de ti se rebeló.

Fue entonces que atrapaste en el aire  señales, pisadas y senderos que la vida te estuvo mostrando y a la que no prestaste atención.
Reflotaste a la guerrera.
Quitaste el polvo a la armadura. A la lanza. Al arco certero. Al punzón
El miedo, la angustia, la pregunta del ¿por dónde empiezo?, la arrastró un inesperado soplido de  ilusión

La fuerza resurgió  de la nada.
Los sueños adormecidos comenzaron a bostezar después de un larguísimo letargo.
Volviste a pergeñar como moldear zancadillas al destino.
A trazar caminos curiosamente inciertos o probables.
Te gustó  sentir de nuevo tu corazón galopando desbocado y no mientas…sé que te gustó…

Volviste a ser  altiva y soñadora.
Hambrienta  voraz de realidades. Mágica y terrenal a la vez. Tan “tú misma” que volver a encontrarte te asombró.

Y no preguntes cómo, cuándo, donde.
Fue un buen día que sin saber el motivo ni el porqué, ni siquiera a quien se le antojó,  decidiste volver a confiar en las señales desnudándote de angustias y recelos apartando con furia y valentía hasta quien entonces fuera tu “otro yo”…


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